La crisis del coronavirus ha provocado una contracción generalizada de la economía pero, afortunadamente, en todas las crisis también surgen buenas oportunidades. Algunos de los últimos datos disponibles apuntan que en el mes de julio se cerraron 48.586 operaciones de compraventa de inmuebles, lo que supone un descenso del 5% en términos interanuales. Evidentemente, una caída de las transacciones nunca es una buena noticia, pero si ponemos los números en contexto y los comparamos con otras actividades económicas, podemos afirmar que el real estate está aguantando bien el tipo en esta crisis.
No obstante, es innegable que el sector inmobiliario no crece al mismo ritmo que antes de la pandemia, y por eso puede ser un buen momento para que las agencias busquen ingresos extra que les ayuden a complementar sus cifras de facturación. En este sentido, el mercado del alquiler ofrece grandes posibilidades gracias a que se ha resentido menos que el de la compra-venta.
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Precios del alquiler al alza
A pesar de la crisis del coronavirus, los precios de los pisos de alquiler siguen al alza. Concretamente, en el tercer trimestre de 2020 el valor de las rentas de inmuebles aumentaron un 1,3% en el conjunto de España. Además, la pandemia también ha provocado que los arrendadores sean especialmente celosos de la solvencia de sus inquilinos e intenten asegurar por todos los medios el cobro del alquiler a final de mes. Esto abre la puerta a que las inmobiliarias puedan vender servicios complementarios a su core business como los seguros de impago o soluciones de factoring inmobiliario.
Servicios complementarios al arrendamiento
La demanda de seguros contra impagos del alquiler se ha disparado después de la pandemia. No obstante, este tipo de productos ya son muy conocidos por los arrendadores, por lo que difícilmente ayudarán a que una agencia inmobiliaria se diferencie de su competencia. Además, a menudo los propietarios de inmuebles optan por contratar este tipo de pólizas sin contar con la intermediación de un profesional del real estate.
Otros servicios como el factoring inmobiliario, en cambio, no son tan conocidos por los arrendadores. Desde la perspectiva de una agencia, esto les permite diferenciarse de la competencia y, a su vez, conseguir ingresos extra.
Definición de factoring inmobiliario
El factoring -a secas- es una herramienta de financiación alternativa utilizada por empresas que necesitan liquidez. Este mecanismo consiste en cobrar facturas pendientes por adelantado a cambio de una comisión. Recientemente, este sistema de financiación se ha empezado a aplicar también en el sector inmobiliario, concretamente en el mercado del alquiler. Actualmente la única solución de factoraje inmobiliario en España es Advancing.
De esta forma, a través del factoring inmobiliario, los arrendadores pueden cobrar por adelantado 12 meses completos de sus rentas. Además, una vez adelantado el año entero del alquiler, ese dinero está totalmente garantizado para el propietario, por lo que, aunque se produjera un impago por parte del inquilino, él tendría las rentas de su inmueble aseguradas.
Demanda de seguridad y liquidez
En los últimos años hemos visto cómo en España se ha disparado la demanda de liquidez -en forma de créditos- y el creciente interés en los seguros de impago del alquiler. En cuanto a la demanda de liquidez, en el año 2019 se concedieron préstamos personales por valor de 93.147 millones de euros. Esta cifra supone un incremento del 51% respecto 2013.
Fuente: Banco de España
Por otra parte, la creciente demanda de pólizas contra impagos de las rentas se explica por el incremento de la morosidad en el pago de las rentas por parte de algunos inquilinos. Algunas de las comunidades autónomas más afectadas por el fenómeno de los impagos del alquiler son Madrid (9.767 euros deuda media en los arrendamientos con morosidad), Baleares (8.571 euros) o País Vasco (7.088 euros).
Fuente: Cinco Días
El potencial de los servicios inmobiliarios vinculados al alquiler
El crecimiento de la demanda de seguros contra impagos y de créditos personales hace que la factorización inmobiliaria sea una alternativa muy interesante para muchos arrendadores. A través de esta solución financiera pueden conseguir diversos beneficios:
- Liquidez instantánea: A través del factoraje inmobiliario los propietarios pueden capitalizar 1 año completo de las rentas de su inmueble de forma casi inmediata.
- Renta asegurada: Esta solución financiera también funciona, a la práctica, como un seguro anti-impagos, ya que una vez que el arrendador ha recibido el adelanto de las rentas el dinero está asegurado. La firma de factoring inmobiliario es la que se encarga de gestionar los impagos del inquilino y, en caso de que la deuda sea incobrable, la asume.
- Gestión de cobros: Una vez contratada la solución, la empresa de factoring inmobiliario es la encargada de cobrar mes a mes al inquilino.
- Financiación sin necesidad de avales: A diferencia de lo que sucede con un préstamo personal, para pedir un adelanto de las rentas no es necesario presentar avales. El propietario puede optar a esta financiación incluso si consta en algún fichero de morosidad como Rai o está inscrito en la Cirbe.
Diversificar los ingresos con servicios inmobiliarios complementarios
En un momento en el que las operaciones de compra-venta de vivienda están estancadas pero el mercado del alquiler mantiene la tendencia alcista, puede ser un buen momento para plantearse la comercialización de servicios inmobiliarios vinculados al alquiler. En el caso del factoraje inmobiliario, los beneficios para las agencias inmobiliarias son los siguientes:
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- Diferenciación de la competencia. A día de hoy el factoring aplicado al alquiler todavía es un servicio inmobiliario poco conocido, por lo que las agencias que lo ofrecen consiguen diferenciarse fácilmente de su competencia.
- Fidelización de los clientes arrendadores. Al ofrecer un servicio que es difícil de encontrar, las agencias consiguen que sus clientes arrendadores estén muy satisfechos y, por consiguiente, aumentan sus ratios de retención y fidelización
- Comisión por el adelanto. Cada operación de adelanto de las rentas se traduce en una comisión -en función del precio del alquiler del inmueble- para la agencia inmobiliaria. Además, el servicio de factorización inmobiliaria es gratuito para los profesionales del real estate.